Este espacio de Encontrarte se propone acercar al lector aquellas novedades, ideas, sugerencias y aportes a partir de una imposibilidad: lo que queremos expresar se nos escapa. Por este motivo se abre un nuevo lugar (sin haber completado otros) en nuestra página para bordear algunos temas de interés desde otro ángulo. Esperamos sus comentarios y aportes.
Para más información dirigirse a nuestra página web: www.centroencontrarte.com
En su último paso por Buenos Aires Jean Alloch se presento a un debate organizado por Ensayo y Crítica del Psicoanálisis y la École Lacanienne de Psychanalyse. En este encuentro presentado por Ricardo Nacht se plantea al debate como una situación en la cual uno está obligado a poner de sí, esta es una
condición para encontrar un punto de exterioridad radical por el cual el alumno podrá diferenciarse del
seguidor. El seguidor-afirma Nacht- construye un Lacan
eterno y continuo, donde no cuenta ni la discontinuidad ni la caducidad, todo
se eterniza, nada en Lacan caduca y el psicoanálisis se hace sistema, o sea, el
privilegio del simbólico no ha caído. Poner de si es el nuevo sujeto que produce un nuevo lector
efecto del enigma, de lo doble y de la posición de enunciación como resto enigmático. De esta forma ponemos a disposición el audio original de este evento, en el cual Allouch plantea temas como la libertad del analizante, la posibilidad de una sistematización del psicoanálisis y otros temas tratados en su libro El amor Lacan.
Llego la primavera y lleno de color a Encontrarte. Le da le damos la bienvenida y festejamos con los chicos la llegada de quien, como dice Gabriela Mistral, viste que es primor:
Hace unas semanas empezamos con los almuerzos preparados antes de comenzar la extensión de jornada de los talleres, en esta oportunidad traemos algunas fotos de la cocina de Encontrarte que reflejan los primeros pasos de esto que llamamos almuerzos comunitarios.
El primer almuerzo comunitario con Jesi y Cele antes del taller de fotografía. En este caso unos ricos fideos con salsa y queso.
Luego el siguiente lunes en el taller de juegos cocinamos unos ñoquis con salsa:
Reencuentro de Pink Floyd en el Hyde Park de Londres para unirse a la iniciativa Live 8, en esta ocasión traemos Whis you were here:
Wish You were here
So, so you think you can tell
Heaven from Hell
Blue skies from pain
Can you tell a green field
From a cold steel rail?.
A smile from a veil?
Do you think you can tell?
And did they get tou to trade
Your heros for ghosts?
Hot ashes for trees?
Hot air for a cool breeze?
Cold comfort for change?
And did you exchange
A walk for a part in the war
For a lead role in a cage?
How I wish, How I wish yolu were here
We´re just two lost souls
swimmingin a fish bow!
Year after year.
Running over the
same old ground.
What have we found?
The same old fears.
Wish you were here.
Ojala estuvieras aquí
Así que crees que sabes distinguir
El cielo del infierno
El cielo azul del dolor
¿Sabes distinguir un campo verde
De un frío raíl de acero?
¿Una sonrisa de un velo?
¿Crees que puedes distinguir?
¿Consiguieron hacerte cambiar
Tus héroes por fantasmas?
¿Cenizas ardientes por árboles?
¿Aire caliente por una brisa fresca?
¿Frío confort por un cambio?
Y ¿cambiaste
Un papel principal en la guerra
Por un papel protagonista en una jaula?
Ojalá, ojalá que estuvieras aquí.
Solo éramos dos almas perdidas
que nadan en una pecera
Año tras año
Corriendo siempre sobre
el mismo viejo camino
¿Que hemos encontrado?
Los mismos miedos de siempre
Ojalá que estuvieras aquí.
Tras numerosos pedidos los cocineritos de Encontrarte han accedido a confiar a los lectores de este blog su receta de la tarta de cebolla:
Ingredientes para la tarta:
Para la masa:
250 gr de harina leudante
100 gr de manteca derretida
1 huevo
1 yema de huevo
sal a gusto
leche ( si fuera necesario para unir)
Preparación:
Ponemos en un bol la harina junto a la sal y la manteca hasta formar un arenado, luego agregamos el huevo y la yema, mezclamos, amasamos, hasta formar un bollo. llevamos a la heladera y lo dejamos reposar hasta que preparemos el relleno.
Para el relleno:
4 o 5 cebollas grandecitas
250 gr de queso cremosso
1 sobre de queso rallado
2 o 3 huevos
sal, oregano y pimienta a gusto
aceite cantidad necesaria
la harina junto con la sal y la manteca hasta formar un arenado. Agregar la crema hasta obtener un bollo.
Preparación :
Cortar la cebolla en juliana.Poner en una sartén un poquito de aceite y cuando esté caliente poner la cebolla.
Dejar unos 10 minutos hasta que la cebolla esté blanda y dorada.
Retirar del fuego y poner en un bol la cebolla , agregar el queso cremoso y el queso rayado y mezclar bien.Poner sal, pimienta y oregano a gusto.
Calentar el horno unos 5 minutos.Mientras tanto pasar un poco de manteca o aceite por una tartera y estirar la masa que teniamos en la heladera.
Echarle los huevos al relleno y rellenar la tartera que ya tiene la masa.
(es importante que los huevos vayan al final para que no se cocinen antes de ir al horno)
Al horno bajo o mediano unos 20-30 minutos (depende del horno).
Aclaración 1º: la elección de la receta nada tiene que ver con que el padre del psicoanálisis halla empleado a esta lacrimoso hortaliza como modelo para explicar la organización de los recuerdos en capas que rodean a un núcleo.
Aclaración 2º: la receta descrita tiene además como ingrediente especial las lágrimas de todos los cocineritos, la elección de dicho ingrediente dependerá de las cebollas con que cuente....
Dentro
del proyecto que fundamenta a esta institución se afirma que la misma procura recrear un lugar donde, en primera
instancia, a cada uno se les restituya el lugar de sujetos. Un lugar en el cual
se prescinda de aquellos diagnósticos que los nominan e imposibilitan y
acallan, para pasar a ser SUJETOS DE DESEO Y DERECHO. Derecho de reconstitución
subjetiva y deseo de ser y hacer.
Lejos de explorar todas las implicancias
del proyecto, nos atenemos, a continuación, sólo a una de sus aristas. Se trata
de acercar al lector algunas referencias que consideramos de interés para
abordar críticamente las distintas formas por las que se traza y diferencia lo
normal de lo patológico.
Cabe aclarar que nos abocamos a lo que
se considera científico, con todo el peso legitimador que ello conlleva.
Ningún
otro libro de referencia en el ámbito de la salud mental es tan empleado por
los profesionales como elDiagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders (DSM) creado por American Psychiatric Association (APA). El fundamento
del mismo ha cambiado notoriamente desde su aparición, ya que tanto en su primera versión del año 1952
como en la segunda del año 1968, el DSM presentaba una organización que
mostraba una fuerte influencia del psicoanálisis (sus principales ejes eran:
neurosis, psicosis, y trastornos de la personalidad), la cual se correspondía
con la perspectiva de quienes, por entonces, ejercían el poder dentro de la APA.
Bajo la dirección de Robert Spitzer el DSM III
apareció en su nueva versión de 1980 y prometía –de acuerdo a sus creadores-
una sólida base científica basada en la detallada metodología para hacer las
evaluaciones. Luego de esta
edición el manual estadístico se ha transformado en la referencia diagnóstica
de muchísimos profesionales de la salud, para así convertirse en lo que Herb Kutchins
y Stuart Kirk llaman, en su libro Making Us Crazy (1997), la Biblia
psiquiátrica. De acuerdo a los autores, parte del poder de
este libro reside en el intento de diferenciar, por un lado, los trastornos mentales de otros problemas
humanos; y por otro lado, responde a un reclamo de jurisdicción profesional de la APA, que tiene por fin ampliar
el alcance del ámbito de competencia [expertice]
de la psiquiatría.
Más
allá de la generalizada aceptación e impacto del manual, los autores se
proponen mostrar que su precisión científica es cuestionable. Así en el mencionado libro identifican
distintos ejes a partir de los cuales se sitúa su crítica. Entre ellos Kutchins y Kirk señalan que la clasificación propuesta
redunda en un incremento de la
patologización de cada una de las conductas cotidianas, llevándolas al terreno
de los desordenes psiquiátricos y propias, por lo tanto, de la competencia médica.
Asimismo
el manual está influenciado por una jerarquía psiquiátrica interesada en
ampliar la cobertura de los seguros médicos y la expansión del mercado de los
medicamentos psiquiátricos, facilitada notablemente por el aumento de personas
que pueden ser definidas como teniendo un trastorno mental, las cuales deben
ser tratadas con sus medicamentos. Esta influencia puede verse también
financiamiento a investigadores y la contribución directa al desarrollo del DSM
y otras investigaciones como las derivaron en la creación de la
Prime MD (conocida como entrevista de Evaluación de los Trastornos
Mentales en la
Atención Primaria).
Esto
lleva a los investigadores a preguntarse ¿De acuerdo a qué lógica y qué
circunstancias una conducta cotidiana es transformada en un síntoma de
trastorno mental? Los autores señalan que
para responder a esta pregunta es necesario tener en cuenta las luchas de poder
dentro de la APA,
ya que las sintomatologías propuestas para cada trastorno dependen del acuerdo
alcanzado en la comisiones especializadas, y por lo tanto de sus posicionamientos
políticos y éticos.
De este modo Kutchins y Kirk se
proponen mostrar, por medio de ejemplos emblemáticos, que la construcción del
DSM presenta serios problemas debido a que su desarrollo no responde
estrictamente a un criterio científico.
Uno de esos ejemplos emblemáticos, es la
disputa pública acerca de la génesis y el posible tratamiento de la
homosexualidad, la cual se enmarca en la lucha en EEUU de los psicoanalistas
contra los psiquiatras. Estos últimos luchaban, en los 70’, por una renovación del DSM
en la que se dejaran de lado los criterios psicoanalíticos, y la disputa sobre
la homosexualidad fue una forma que encontraron para lograrlo.
Como
consecuencia de esta lucha, la influencia de los psicoanalistas postfreudianos
en las clasificaciones del manual empieza a desaparecer a fines de la década de
1970. Esto es precipitado por el auge del movimiento gay en EEUU que cuestiona
la valides de la inclusión de la homosexualidad como una de las desviaciones
sexuales. Una
de las primeras protestas de los activistas se focalizo en el tratamiento
psiquiátrico de la homosexualidad, reclamaban que se tenga en cuenta las
opiniones de aquellos que no consideraban a la homosexualidad como una
patología. Esto derivo,
por un lado, en el tratamiento del problema de la valides de los diagnósticos
en las convenciones de la APA
a partir de 1971, y por otro, en la
inserción dentro de comisiones clave de la asociación de quienes apoyan el
reclamo. Entre ellos estaban quienes más tarde formarían la asociación de psiquiatras
gay.
Kutchins y
Kirk hacen una detallada descripción de esta
contienda que tendría su punto más álgido en los años 1973-1974 cuando luego de
un referéndum entre los miembros de la
APA se decido retirar a la homosexualidad de la lista de
enfermedades. Es en ese periodo que quienes se mostraron favorables a la
desclasificación de la homosexualidad lograron el apoyo de los activistas para
acender en la jerarquía de la APA,
y de esta forma desterrar al psicoanálisis (en su versión norteamericana) del
manual.
Sin entrar en consideraciones respecto a la
homosexualidad o cuestionar la indudable legitimidad de los reclamos por la
ampliación de derechos civiles, los autores destacan que la forma de abordar el
problema por parte de la APA
muestra la discrecionalidad de su proceder. Y describen además cómo lo contrario
también se cumple, es decir que a la hora de clasificar o incluir a diversas
conductas como trastornos no prima el criterio científico.
Los autores destacan cómo el efecto
político de esta lucha produce una nueva
conformación en la jerarquía de la
APA, lo cual tiene una consecuencia clínica fundamental: el
concepto de trastorno mental. Este concepto es el criterio fundamental para la
clasificación de las patologías cuyos resultados son visibles a partir de la
tercera edición del manual que elimina el
término neurosis e introduce un enfoque
descriptivo no teórico que –según declaran sus desarrolladores- supera las
disputas conceptuales. Kutchins y
Kirk destacan el papel
de Robert Spitzer quien forjo una nueva metodología basada en el concepto de
trastorno mental pensado como un subconjunto de los trastornos médicos.
Cabe destacar que la definición de
trastorno mental pone el acento en la idea de que algo interno del individuo no
anda bien, ya que hay una disfunción que causa malestar. Si se entiende a la
función como un mecanismo del organismo que naturalmente debe operar
de cierto modo, puede entonces pensarse que la disfunción implica una falla en
aquellos mecanismos que deberían haber funcionado. De esta forma la noción de
disfunción depende de lo que se considere como un criterio válido a partir del
cual algo se clasifica como una falla. Para algunas cuestiones las respuestas
pueden ser simples. Para que en el caso de los mecanismos mentales se pueda
establecer una disfunción habrá que establecer previamente cual es su
funcionamiento natural, tarea en la cual se mezclan toda clase de prejuicios.
De esta forma, al definir así al trastorno
se intenta incluir alguna noción sobre
la patología interna que causaría las conductas sintomáticas, pero no se
conceptualiza a la disfunción en sí, eso queda en manos de la época, del
médico, del psiquiatra, del psicólogo y del poder que estos representan. Poder
que –retomando a Foucault- despliega un régimen de verdad a partir del cual es
reglamentada como se pueden distinguir los discursos verdaderos de los falsos.
Puede
afirmarse, entonces, que la historia de transformación de los límites a partir
de los cuales se establece lo normal y lo anormal es la historia misma del DSM en su lucha por
ganar credibilidad, afirmar su poder
dentro la medicina y mantener el dominio médico sobre otras profesiones
dedicadas a la salud mental.
Queda,
entonces, por abordar la novedad introducida por el psicoanálisis respecto a
esta vertiente de la clínica psiquiatrita. Quizá una vía se abra al considerar
–junto a Paul Bercherie- los fenómenos psicopatológicos bajo una perspectiva que considera su
significación subjetiva, y lo cual lleva a considerar la observación clínica,
centrada sobre la morfología externa de los fenómenos, como formal y estéril,
incluso alienante.
Si
bien el libro que acabamos de comentar brevemente no se encuentra editado en
español, ponemos a su consideración algunas referencias más junto a una escena
de Easy Rider, una película que marco época y nos muestra otra perspectiva de
la problemática planteada.
Agregamos ahora otro vídeo que circula actualmente bajo el lema Stop DSM. En el mismo se muestra de forma más directa que la escena del film otras consecuencias de adoptar dogmáticamente una referencia en base a la cual se diferencia lo normal de lo anormal. Insistimos con una idea: la referencia (el manual estadístico) se tilda a sí misma como científica pero en realidad sustenta prejuicios y valores propios de la época.
Una vez a la semana se amasa y se deja leudar un encuentro con mucho sabor, se trata del concurrido taller de cocina.en el cual las recetas que allí se ensayan sólo son posibles con utensilios que muy difícilmente se puedan conseguir en un bazar. Les presentamos a continuación una lista (a completar) de los utensilios necesarios para cocinar un sabroso y saludable taller:
El entusiasmo de sus cocineros y comineras. La satisfacción de quienes luego del taller pueden probar sus frutos. Algo de paciencia, recubierta de teflón. Una batidora de ideas, con varias velocidades. Sensibilidad para tamizar las diferentes cualidades de los olores, colores, sabores, temperaturas, texturas... Un horno humeante que se encarga de recordarnos lo que acaba de acontecer. Y además una invitación a cocinar que dice así:
¡Ven corriendo, camina!
Hay fiesta en la cocina
y la cocinera, Berta
dirige como experta.
Entonan las cebollas
en coro con las ollas,
y el rojo pimentón
entona su canción.
La papa criolla baila
contenta en la paila,
los ajos taconeando
la van acompañando.
Aplauden los cominos
el debut de los pepinos,
la estufa de mi tía
da saltos de alegría.
La señora calabaza
le canta a la mostaza,
saltando don Repollo
anima al señor Pollo.
La carne a la llanera
entona una ranchera
y canta un corrido,
el arroz blanco cocido.
La mazorca madurita
canta a la papa frita,
y el alegre patacón
da salticos de emoción.
El café y el chocolate
hicieron un disparate;
el azúcar y la sal,
se dijeron: tal por cual.
La verde hierbabuena
hace infusión de la buena,
y la auyama sabanera
se ha metido con las peras.
Una simpática piña
va y se mete en una riña.
Y el grupo de remolachas
¡cómo bailan las guarachas!
Ya todos cantan en coro
la balada del tesoro,
del tremendo banquetón
que se servirá el patrón.
¡Ay, qué gran algarabía
es la cocina de mi tía!
Parece que vive en fiesta
y toca su propia orquesta.
Y quien manda es doña Berta,
una cocinera experta
en freír las alegrías
y servirlas día a día.
“Algarabía en la Cocina”
de Zandra Montañes Carreño
Y como seguramente se nos olvidan algunas otras cosas que podemos encontrar cada miércoles en esta cocina de Encontrarte recurrimos a otro amigo de la casa, que en esta ocasión nos cuenta rápidamente lo que hay en un simple cajón de cocina.